Descubrimos Praga, conocida como la ciudad de las 100 torres. Este rincón mágico en el centro de Europa, presenta numerosos monumentos y obras de diversos estilos arquitectónicos.
Una ciudad que nos ha proporcionado una infinidad de experiencias increíbles y diversión.
La Plaza de la Ciudad Vieja con su famoso Reloj Astronómico, sus numerosas torres, el Puente de Carlos, su increíble castillo o las vistas de la Torre Petrin, son lugares que nos dejaron con la boca abierta.
Síguenos:
Desde el Aeropuerto de Madrid, mediante la aerolínea Ryanair, salimos dirección Praga.
Llegamos prontito al aeropuerto de Praga, sobre las 9h de la mañana. Como queríamos aprovechar ese día entero para conocer Praga, contratamos los traslados en civitatis para perder el mínimo tiempo y llegar al hotel.
¿Quieres ver el vídeo del viaje que hemos subido a YouTube? Pincha aquí
Decidimos alojarnos en el Panorama Hotel (Puedes reservar desde aquí). Un precioso hotel de 4 estrellas, donde nos sentimos como en casa y muy bien tratados. Una de las delicias de este hotel, es la piscina junto con un precioso Jacuzzi en la ultima planta, donde se obtienen unas vistas panorámicas increíbles de toda la ciudad.
Tenemos que agradecer que nos dieron una habitación familiar. Consistía en dos habitaciones comunicadas entre sí, lo que nos dió una comodidad y un espacio fenomenal para pasar una estancia muy agradable.
Después de dejar las cosas sin prisa, y asearnos un poco, salimos para dirigirnos al centro de la ciudad y disfrutar el magnifico día soleado que Praga nos estaba brindando.
Gracias a que el hotel tenía una boca de metro a dos minutos andando, nos costó muy poquito tiempo en llegar al centro.
Llevábamos marcado cual sería nuestro primer “punto” a visitar. Se trataba de uno de los miradores mas bellos de la ciudad, y es que queríamos que nuestra primera impresión de Praga fuera de diez.
Nos referimos a la terraza que se encuentra en el Hotel U Prince. El acceso a la terraza es gratuito consumiendo. Si se quiere comer es recomendable reservar mesa.
Como podéis observar, las vistas merecen la pena.
Al bajar pasamos por el símbolo de la ciudad, el reloj astronómico situado en el ayuntamiento. Cuenta la leyenda que a su diseñador se le dejó ciego para que no pudiera crear relojes similares en otras ciudades.
Se puede subir a lo alto de su torre, pero como veníamos del mirador anterior no optamos por subir.
Y llegamos a la Plaza Vieja. Muchas veces nos ha pasado que hemos llegado a las principales plazas de ciudades Europeas y no nos han sorprendido, pero sin embargo, está nos pareció preciosa. La Iglesia de Týn de fondo es una estampa increíble.
Picamos y tomamos algo mientras pasamos un rato agradable.
Continuamos hacia uno de los lugares mas bellos de la ciudad, y posiblemente de Europa. El Puente de Carlos.
Este puente se empezó a construir en 1357 con el visto bueno de Carlos IV, y fue una importante conexión para el comercio entre Europa oriental y la occidental.
Para apreciarlo bien, la mejor posición es el puente de contiguo, el Puente de Manes. La visión del puente en el río Moldava es de postal, realmente bella.
Justo desde aquí, también se puede apreciar el inmenso y espectacular castillo de Praga que alberga la catedral de la ciudad.
Como ya estábamos cansados, decidimos ir a descansar al hotel, pero antes no pudimos resistirnos a probar el típico postre de la ciudad:Trdelnik. Una masa dulce que se cocina a las brasas, enrollada en un cilindro de metal, a la que luego untan nutella u otro dulce en el interior.
Nuestro siguiente día amaneció lloviendo. No nos sorprendió ya que habíamos repasado varias veces los pronósticos del clima y al ver que daban bastante lluvia, buscamos un plan alternativo.
Como todos sabéis, cuando viajamos solemos buscar lugares o atracciones donde Eizan pueda tener su espacio y disfrutar, así que buscando por internet encontramos un aquapark cubierto. A pesar de no encontrar muchas referencias o comentarios, nos animamos a probar suerte.
Y menudo acierto! Tenemos que decir que nos sorprendió para bien, y todas las instalaciones nos dejaron impresionados.
El aquapark se llama AquaPalace Prague. Es el aquapark más grande de Europa central. Dispone de dos zonas enormes, una para los mas pequeños con piscina de olas, barco pirata, toboganes pequeños, y otra zona con un montón de toboganes enormes donde descargar adrenalina.
Nos los pasamos pipa!!
Comenzamos un nuevo día con otra pequeña actividad para Eizan. Fuimos al Museo de Lego.
Se trata de una tienda donde han montado un museo con un montón de figuras.
Al entrar parece que el museo va a ser mas pequeño de lo esperado, pero la verdad es bastante grande. No tiene figuras grandes e impactantes pero dispone de muchísimas pequeñas obras de arte.
Los amantes de Star Wars quedarán impresionados. Hay una pequeña sala con un sin fin de figuras relacionadas con esta mítica saga de películas.
La pequeña zona de juegos para los niños se agradece y es muy divertida.
Después de dejar volar la imaginación y jugar a ser arquitectos y diseñadores, salimos y nos dirigimos a la Casa Danzante.
Si nosotros en el Museo de Lego habiamos sido buenos arquitectos, los que realizaron el diseño de esta casa nos superaron con creces. La Casa Danzante fué diseñada por los arquitectos Milunić y Frank O. Gehry.
La idea de la casa está inspirada en el talento para bailar de una famosa pareja de cine: Fred Astaire, y su pareja, Ginger Rogers.
En la Casa Danzante puedes visitar una galería y un restaurante con terraza panorámica, desde donde se puede admirar una vista de Praga de 360 grados.
Después de hacer unas cuantas fotos decidimos subir a la Torre Petrin, situada en el Monte Petrin.
La manera mas cómoda es subir con el funicular, que se coge en el barrio Malá Strana. El funicular se caracteriza por estar en una de las zonas verdes más importantes de Praga. A medida que se va subiendo se puede disfrutar de la naturaleza del entorno y de unas bonitas vistas de Praga y sobre todo, de su castillo.
Al llegar arriba caminamos unos metros hasta la Torre Petrin. Esta torre tiene un parecido a la Torre Eiffel y es que, en 1889 un Club de Turistas Checos visitaron la Exposición Universal en París y quedaron tan entusiasmados al avistar la famosa Torre Eiffel que decidieron crear un punto dominante parecido sobre la ciudad de Praga.
Para subir hasta arriba hay dos opciones, escaleras o ascensor. Nosotros optamos por esta ultima, pero debemos avisar que este ascensor es un tanto claustrofóbico.
Desde arriba hay unas vistas alucinantes 360º de toda la ciudad.
Bajamos y entramos a una atracción que teníamos ganas de entrar con Eizan. Un laberinto de espejos. Una atracción muy divertida para niños. al igual que la Torre Petřin formó parte de la Exposición Universal de Praga en 1891 y se quedó definitivamente en el parque.
Bajamos de la Torre Petrin y pasamos de casualidad por la famosa juguetería Hamleys. Esta sucursal de la marca Londinense te hace convertirte en un niño pequeño. Todo cuidado al mas mínimo detalle destacando en su interior un precioso “tiovivo” y una planta superior con un montón de juegos donde disfrutar y pasar un rato divertido.
Y para poner broche final a este intenso día, disfrutamos del centro de Praga al anochecer. Una experiencia obligatoria en la visita a esta ciudad. Es realmente hermoso pasear por la ciudad vieja y contemplar el Puente de Carlos sobre el río Moldava.
Nuestro último día lo invertimos para conocer una de las joyas y símbolos de la ciudad: El Castillo de Praga.
No es la típica imagen de castillo que se nos puede venir a la cabeza, pero es el mayor conjunto arquitectónico de la ciudad compuesto por varios palacios y numerosos edificios administrativos y religiosos, distribuidos a lo largo de varias calles. Dicho esto, es el mejor testigo del pasado histórico de la ciudad, a lo que debemos añadir y destacar, que en su interior se encuentra la Catedral de Praga: Catedral de San Vito.
Una vez dentro, y después de hacer unas fotos en la plaza del castillo, lo primero que hicimos fue dirigirnos a la sala donde se adquieren las entradas para los diferentes lugares del castillo. Nosotros añadimos la visita a lo alto de la torre de la catedral.
Entramos a la Catedral de San Vito.
A continuación subimos a la Torre de la Catedral.
Debemos avisaros que hay que estar un poco en forma para subir, hay un cartel avisando de sus 287 escalones.
Una vez arriba, las vistas son increíbles. La postal que podemos observar de la plaza del castillo junto a la bella ciudad de Praga es preciosa.
Una vez abajo seguimos recorriendo el castillo. Si hemos dicho que la parte exterior no nos recuerda a la imagen que tenemos del típico castillo, la parte interior es todo lo contrario. Nos gusto muchísimo recorrer el interior. Tiene pasillos y salas donde poder ver antiguas armas y armaduras que te trasladan a la edad media literalmente.
Uno de los lugares mas fotografiados del castillo es el famoso Callejón del oro. Se trata del lugar más pintoresco, que con sus casitas de colores constituye una de las estampas más bonitas que podemos encontrar en la ciudad.
Cansados y muy contentos de haber conocido este histórico emplazamiento, nos despedimos de este emblemático lugar en la ciudad.
Y de esta manera nos despedimos de Praga. Una ciudad que llevábamos mucho tiempo queriendo conocerla, y no nos ha decepcionado. Tenemos que agradecer el clima que hemos tenido, dado que esta ciudad con sol, brilla increíblemente.